Estructura de edades de pumas (Puma concolor) cazados en Chubut bajo el marco de la Ley XVII N° 52 de Control de Especies Depredadoras de la Ganadería
Estructura de edades de pumas (Puma concolor) cazados en Chubut bajo el marco de la Ley XVII N° 52 de Control de Especies Depredadoras de la Ganadería
- Tipo de actividad: Oral
- Palabras clave: caza; distribución de edades; explotación humana; entrevistas
- Autoría: Gonzalez M, Lanfiutti M, Andrade A
- Afiliación: Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) | Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas (IPCSH CCT CONICET CENPAT)
- Email: manuelitagonzalez1412@gmail.com
En Chubut; la Ley XVII N° 52; promueve y recompensa la caza de “especies depredadoras de ganado” y obliga a los productores a colaborar en la captura y eliminación del animal. Desde 2009; la Dirección de Fauna y Flora Silvestre (DFyFS) dispone la caza selectiva de pumas considerados “animales problema” y autoriza su recompensa económica; previa declaración de los productores del ataque al ganado. El objetivo de este trabajo fue estimar la estructura de edades de la población de pumas cazados y declarados entre 2005 y 2013. Los cráneos de estos animales (N= 480) están depositados en la Colección de Zooarqueología y Zoología Comparada (IPCSH CONICET CENPAT). Los individuos fueron clasificados en base al patrón de desgaste y coloración dentaria (según Gay y Best 1996) en 6 clases de edad: 0 (crías; < a 16 meses); I (subadultos; entre 16 meses y 2 años) y II a V (adultos mayores a dos años). Los individuos cazados fueron en su mayor proporción crías y subadultos (21;66% y 26;66% respectivamente) seguidos de edad II (21;66%). Los adultos de las edades restantes fueron los menos representados (26;65% en total). A un 3;33% no se le pudo asignar edad por falta de dientes. La predominancia de crías y subadultos en la muestra analizada podría sugerir una mayor vulnerabilidad de esta franja etaria en poblaciones sometidas a la explotación humana. En entrevistas realizadas entre 2021 y 2025 los productores mencionan que ya prácticamente no denuncian los ataques; previo a la captura del animal; debido a dificultades en la comunicación; necesidad de resolución inmediata y falta de atractivo en la recompensa por los costos de traslado a los lugares de acopio. Estos resultados permiten suponer que la muestra de cráneos analizada subestima los animales realmente sacrificados.